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Estirados acabado Estirados

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los detalles de nuestros cuadros marcan la diferencia
Una auténtica obra de arte

Todos nuestros cuadros son reproducciones digitales de auténticas obras de arte. Las imprimimos sobre los mejores lienzos de algodón 100% del mercado y utilizando la última tecnología de impresión para un acabado impecable. Comprueba las calidades y acabados de nuestros cuadros y te darás cuenta de la auténtica diferencia respecto a nuestros competidores.

Lienzo Algodón 100%

lienzo algodón 100% Sólo utilizamos telas 100% algodón, de los mejores fabricantes, con una densidad de 360gr/m2, para garantizar una imagen lo más real posible a la obra original. Son los mismos lienzos utilizados por los pintores y museos para las reproducciones de sus obras.
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impresion% Imprimimos las obras de arte utilizando la técnica de impresión por Giclée, la mas más avanzada actualmente, lo que permite una resolución, nitidez y colorido insuperables. Utilizamos impresoras gran formato con la más moderna tecnología y tintas ecológicas.

Bastidor de madera fabricado a medida

lienzo algodón 100% Montamos todos nuestros cuadros sobre un bastidor de madera de abeto alistonado de 3 x 3 cm / 3 x 4.5 cm. Esta madera es ideal para la fabricación de bastidores ya que al ser alistonada refuerza el bastidor y evita deformaciones del mismo debido a la tensión del lienzo.
Todos nuestros bastidores son fabricados artesanalmente a mano, uno a uno, a la medida deseada por el cliente. Van reforzados por tensores en las esquinas cortadas en inglete y, junto a su grapado en V y sus barras tensoras para medidas de más de 1 metro, garantizan un bastidor de madera duradero.

Más información sobre la Obra Fantasía

Fantasía

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Fantasía

Maurice Brazil Prendergast

Public Domain

Postimpresionismo

Más información sobre el pintor Maurice Brazil Prendergast

Maurice Brazil Prendergast (St. John's, 10 de octubre de 1858 - Nueva York, 1 de febrero de 1924) fue un pintor postimpresionista estadounidense, que usaba sobre todo acuarela. Al contrario que los impresionistas, su obra es algo más que luz y color. Fue miembro de The Eight. Maurice Brazil Prendergast nació en St. John's. En el año 1868 la familia se marchó a Boston, donde el joven Maurice fue aprendiz de un artista comercial, haciendo carteles. Las estructuras brillantemente coloreadas de los panfletos publicitarios ejercieron una profunda influencia en su estilo, caracterizando incluso sus obras de madurez. Para estudiar arte, en los años 1880 se marchó a París, donde encontró a algunos artistas ingleses de vanguardia como Walter Sickert y Aubrey Beardsley. Conoció el estilo de James Abbott McNeill Whistler, de los impresionistas y de los puntillistas. Pero fueron sobre todo las influencias de Édouard Vuillard y de Pierre Bonnard las que acercaron su estilo hacia el postimpresionismo, en el que amplias formas radicalmente simplificadas, coloreadas de modo luminoso y vigoroso, se disponían de manera casi rítmica sobre la tela. Varios críticos de arte describieron sus obras como parecidas a las tapicerías y mosaicos. En 1898 Prendergast viajó a Venecia, donde admiró las deliciosas escenas de género de Vittore Carpaccio, que lo animaron hacia disposiciones aún más complejas y rítmicas. Se convirtió en uno de los primeros pintores estadounidenses que se inspiraron en la labor de Paul Cézanne, en relación con el uso expresivo de la forma y del color. Aunque trabajó principalmente con las acuarelas, en su madurez se orientó hacia obras al óleo que partían de esbozos hechos con acuarela.

Más información sobre el gérero artistico Postimpresionismo

Posimpresionismo o postimpresionismo es un término histórico-artístico que se aplica a los estilos pictóricos de finales del siglo XIX y principios del XX posteriores al impresionismo. Lo acuñó el crítico británico Roger Fry con motivo de una exposición de pinturas de Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent van Gogh que se celebró en Londres en 1910. Este término engloba diversos estilos personales planteándolos como una extensión del impresionismo y a la vez como un rechazo a las limitaciones de este. Los postimpresionistas continuaron utilizando colores vivos, una aplicación compacta de la pintura, pinceladas distinguibles y temas de la vida real, pero intentaron llevar más emoción y expresión a su pintura. Sus exponentes reaccionaron contra el deseo de reflejar fielmente la naturaleza y presentaron una visión más subjetiva del mundo. Todos los artistas agrupados bajo el término postimpresionismo conocieron y practicaron en algún momento los postulados impresionistas, un movimiento pictórico que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XIX y que rompió los supuestos académicos, sociales y económicos vigentes en el arte. Supuso una revolución2 y sus obras recibieron fuertes críticas. Al ser rechazados en los circuitos oficiales, el grupo de los pintores impresionistas organizó sus propias exposiciones y mantuvo una cohesión que duró hasta que, décadas después, algunos de ellos alcanzaron cierto reconocimiento. De la disgregación de ese movimiento nació el postimpresionismo en parte como evolución y en parte como ruptura. El impresionismo supuso una ruptura de los conceptos dominantes en la pintura y la escultura. Si hasta entonces primaban el estudio racional de la obra, la composición sobre dibujos previos y la claridad de las líneas, los neoimpresionistas abandonaron ese suelo para tratar de captar en sus obras la impresión espontánea, tal como llegaba a sus sentidos. No les importaba tanto el objeto que se quería pintar como la sensación recibida. La sensación fugaz, efímera, difícilmente perceptible y reproducible. Los pintores impresionistas abandonaron los talleres y salieron al exterior. Sus modelos fueron la calle, el edificio, el paisaje, la persona, el hecho pero no en su concepción estática y permanente sino percibidos en ese momento casi único. El pintor impresionista pintaba in situ y terminaba la obra con rapidez. Utilizaba trazos sueltos, cortos y vigorosos. Los objetos y el propio espacio no se delimitaban con líneas siguiendo los cánones renacentistas sino que se formaban en la retina del observador a partir de esos trazos imprecisos. La pintura impresionista descubrió el valor cambiante de la luz y su movimiento, utilizando una rica paleta cromática de la que excluyeron el negro porque el color negro, según decían, no existía en la naturaleza.