PEQUEÑO acabado 55 39,95 € En Stock

MEDIANO acabado 75 49,95 € En Stock

GRANDE acabado 95 59,95 € En Stock

EXTRA acabado 115 89,95 € En Stock

bordes estirados Bordes Estirados / Listo para colgar

Los 3 cm. de grosor de cada lateral del marco van impresos con una pequeña zona de la imagen cercana a los bordes, la cual es estirada para dar una sensación de continuidad de la misma.

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los detalles de nuestros cuadros marcan la diferencia
Una auténtica obra de arte

Todos nuestros cuadros son reproducciones digitales de auténticas obras de arte. Las imprimimos sobre los mejores lienzos de algodón 100% del mercado y utilizando la última tecnología de impresión para un acabado impecable. Comprueba las calidades y acabados de nuestros cuadros y te darás cuenta de la auténtica diferencia respecto a nuestros competidores.

Lienzo Algodón 100%

lienzo algodón 100% Sólo utilizamos telas 100% algodón, de los mejores fabricantes, con una densidad de 360gr/m2, para garantizar una imagen lo más real posible a la obra original. Son los mismos lienzos utilizados por los pintores y museos para las reproducciones de sus obras.
La textura del lienzo resalta la obra de arte y se consigue lo más cercano al aspecto de una pintura original.

Impresión Full HD - Fine Art - Giclée

impresion% Imprimimos las obras de arte utilizando la técnica de impresión por Giclée, la mas más avanzada actualmente, lo que permite una resolución, nitidez y colorido insuperables. Utilizamos impresoras gran formato con la más moderna tecnología y tintas ecológicas.

Bastidor de madera fabricado a medida

lienzo algodón 100% Montamos todos nuestros cuadros sobre un bastidor de madera de abeto alistonado de 3 x 3 cm / 3 x 4.5 cm. Esta madera es ideal para la fabricación de bastidores ya que al ser alistonada refuerza el bastidor y evita deformaciones del mismo debido a la tensión del lienzo.
Todos nuestros bastidores son fabricados artesanalmente a mano, uno a uno, a la medida deseada por el cliente. Van reforzados por tensores en las esquinas cortadas en inglete y, junto a su grapado en V y sus barras tensoras para medidas de más de 1 metro, garantizan un bastidor de madera duradero.

Más información sobre la Obra Los Jugadores de Cartas

Los Jugadores de Cartas de Paul Cézanne es una de las mejores obras de arte de la Historia, de la serie de Cézanne dedicada a los jugadores de cartas este es uno de los más famosos, también el hasta la fecha uno de los más caros, aunque en Cuadros Famosos te lo vendemos mucho más barato en nuestro Top Ventas con dimensiones predeterminadas. Los protagonistas de esta fabulosa obra de arte del Neo Impresionismo a cargo de Paul Cézanne tiene como objeto una partida de cartas con modelos campesinos de Aix. Se percibe la concentración de los jugadores en el juego de cartas, ocultándose, protegiendo los naipes de la vista del otro. Al fondo el observador de la partida ausente, contemplativo, al más puro estilo impresionista, salvo por el uso del negro, y es que Cézanne le da un giro propio al Impresionismo y en esta obra es vital el volumen y la forma en la escena más importante, la de los jugadores de cartas. Cézanne utiliza técnicas también cubista con pinceladas pequeñas que configuran facetas, introduce estilos dentro del Impresionismo para hacerlo inmortal. El famoso pintor cuenta entre sus obras con series de bodegones, bañistas y retratos, entre los cuadros más famosos: Los Bañistas, Cesto de Manzanas, Naturaleza Muerta con Calavera, El Niño del Chaleco Rojo, El Castillo Negro, El Vaso Azul o La Moderna Olimpia. Si quieres comprar un cuadro como este puedes hacerlo en Cuadros Famosos, en su sección de Top Ventas, lo imprimiremos para tí en lienzo de algodón 100% y a la mejor calidad de impresión profesional.


Los Jugadores de Cartas es una pintura icónica del artista postimpresionista francés Paul Cézanne. Este cuadro representa a dos hombres sentados en una mesa mientras juegan a las cartas. El uso de los colores y la técnica empleada por Cézanne en Los Jugadores de Cartas es característico de su estilo, con una pincelada suelta y vibrante que da una sensación de movimiento a la escena.Cézanne es considerado como uno de los grandes maestros del arte moderno, y sus obras son muy cotizadas en el mercado del arte. Los Jugadores de Cartas es una de sus obras más famosas y se encuentra en la colección del Museo de Orsay en París, Francia.Si eres un apasionado del arte y de los cuadros famosos de Cézanne, no te pierdas la oportunidad de visitar este museo y disfrutar de la belleza de esta obra y muchas otras de los grandes maestros del arte moderno. Además, si estás buscando decorar tu hogar con cuadros de alta calidad inspirados en Los Jugadores de Cartas y otras famosas obras de arte, la tienda de cuadros online cuenta con una amplia selección de cuadros de estilo postimpresionista y otros movimientos artísticos.

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Los Jugadores de Cartas

Paul Cézanne

Public Domain

Postimpresionismo

ÓLEO SOBRE LIENZO

Más información sobre el pintor Paul Cézanne

Paul Cézanne (19 de enero de 1839 – 22 de octubre de 1906) fue un pintor francés postimpresionista, considerado el padre de la pintura moderna, cuyas obras establecieron las bases de la transición entre la concepción artística decimonónica hacia el mundo artístico del siglo XX, nuevo y radicalmente diferente. Sin embargo, mientras vivió, Cézanne fue un pintor ignorado que trabajó en medio de un gran aislamiento. Desconfiaba de los críticos, tenía pocos amigos y, hasta 1895, expuso sólo de forma ocasional. Fue un «pintor de pintores»,  que la crítica y el público ignoraban, siendo apreciado sólo por algunos impresionistas y, al final de su vida, por la nueva generación.

Más información sobre el gérero artistico Postimpresionismo

Posimpresionismo o postimpresionismo es un término histórico-artístico que se aplica a los estilos pictóricos de finales del siglo XIX y principios del XX posteriores al impresionismo. Lo acuñó el crítico británico Roger Fry con motivo de una exposición de pinturas de Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent van Gogh que se celebró en Londres en 1910. Este término engloba diversos estilos personales planteándolos como una extensión del impresionismo y a la vez como un rechazo a las limitaciones de este. Los postimpresionistas continuaron utilizando colores vivos, una aplicación compacta de la pintura, pinceladas distinguibles y temas de la vida real, pero intentaron llevar más emoción y expresión a su pintura. Sus exponentes reaccionaron contra el deseo de reflejar fielmente la naturaleza y presentaron una visión más subjetiva del mundo. Todos los artistas agrupados bajo el término postimpresionismo conocieron y practicaron en algún momento los postulados impresionistas, un movimiento pictórico que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XIX y que rompió los supuestos académicos, sociales y económicos vigentes en el arte. Supuso una revolución2 y sus obras recibieron fuertes críticas. Al ser rechazados en los circuitos oficiales, el grupo de los pintores impresionistas organizó sus propias exposiciones y mantuvo una cohesión que duró hasta que, décadas después, algunos de ellos alcanzaron cierto reconocimiento. De la disgregación de ese movimiento nació el postimpresionismo en parte como evolución y en parte como ruptura. El impresionismo supuso una ruptura de los conceptos dominantes en la pintura y la escultura. Si hasta entonces primaban el estudio racional de la obra, la composición sobre dibujos previos y la claridad de las líneas, los neoimpresionistas abandonaron ese suelo para tratar de captar en sus obras la impresión espontánea, tal como llegaba a sus sentidos. No les importaba tanto el objeto que se quería pintar como la sensación recibida. La sensación fugaz, efímera, difícilmente perceptible y reproducible. Los pintores impresionistas abandonaron los talleres y salieron al exterior. Sus modelos fueron la calle, el edificio, el paisaje, la persona, el hecho pero no en su concepción estática y permanente sino percibidos en ese momento casi único. El pintor impresionista pintaba in situ y terminaba la obra con rapidez. Utilizaba trazos sueltos, cortos y vigorosos. Los objetos y el propio espacio no se delimitaban con líneas siguiendo los cánones renacentistas sino que se formaban en la retina del observador a partir de esos trazos imprecisos. La pintura impresionista descubrió el valor cambiante de la luz y su movimiento, utilizando una rica paleta cromática de la que excluyeron el negro porque el color negro, según decían, no existía en la naturaleza.