Los 3 cm. de grosor de cada lateral del marco van impresos con una pequeña zona de la imagen cercana a los bordes, la cual es estirada para dar una sensación de continuidad de la misma.
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Sólo utilizamos telas 100% algodón, de los mejores fabricantes, con una densidad de 360gr/m2, para garantizar una imagen lo más real posible a la obra original. Son los mismos lienzos utilizados por los pintores y museos para las reproducciones de sus obras.
La textura del lienzo resalta la obra de arte y se consigue lo más cercano al aspecto de una pintura original.
Imprimimos las obras de arte utilizando la técnica de impresión por Giclée, la mas más avanzada actualmente, lo que permite una resolución, nitidez y colorido insuperables. Utilizamos impresoras gran formato con la más moderna tecnología y tintas ecológicas.
Montamos todos nuestros cuadros sobre un bastidor de madera de abeto alistonado de 3 x 3 cm / 3 x 4.5 cm. Esta madera es ideal para la fabricación de bastidores ya que al ser alistonada refuerza el bastidor y evita deformaciones del mismo debido a la tensión del lienzo.
Todos nuestros bastidores son fabricados artesanalmente a mano, uno a uno, a la medida deseada por el cliente. Van reforzados por tensores en las esquinas cortadas en inglete y, junto a su grapado en V y sus barras tensoras para medidas de más de 1 metro, garantizan un bastidor de madera duradero.
Esta es una de las obras de arte más famosas de la historia, y también una de las más controvertidas e importantes. El Jardín de las Delicias (Paraíso de Iglesia o La Pintura del Madroño) fue realizada por el famoso pintor El Bosco a principios del siglo XVI y es además una de sus grandes obras por estar entre las más enigmáticas. En un mundo con las convenciones lejos del paradigma de Copérnico, la tierra es plana y una esfera luminosa gira alrededor entre abundante agua y vegetación. Numerosas referencias bíblicas entre el pecado y la virtud. Si adoras la pintura y el misterio, esta es tu obra de arte, déjate sorprender por nuestros precios en el Top Ventas de Cuadros Famosos. Una obra de arte famosa hecha para contemplar una y otra vez.
El cuadro El Jardín de las Delicias (Paraíso de Iglesia) de El Bosco, es una obra maestra única y compleja. Es uno de los trabajos más famosos de este pintor flamenco del siglo XV. Esta obra de arte, que se encuentra actualmente en el Museo del Prado, tiene una riqueza iconográfica y simbólica que ha atraído la atención de expertos en todo el mundo.Este cuadro se divide en tres paneles, donde la izquierda muestra un panel del Paraíso, en el centro un jardín con diversas escenas de la vida humana que se suceden como escenas de una obra de teatro, y en el panel derecho aparecen imágenes del infierno. El Bosco utiliza una amplia gama de símbolos para representar los pecados, las tentaciones y los placeres mundanos.La obra es un ejemplo del estilo gótico tardío, característico por la atención al detalle, la expresión emocional y las formas exageradas. El Bosco fue uno de los artistas más innovadores de su época y su obra ha sido objeto de estudio y admiración durante siglos.Si eres un amante del arte gótico, no puedes perderte la oportunidad de ver esta obra en persona en el Museo del Prado en Madrid. La obra es una experiencia visual única y espectacular que brinda una visión única del universo simbólico y creativo de El Bosco.
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El Jardín de las Delicias (Paraíso de Iglesia)
Grabado
Jeroen Anthoniszoon van Aeken, conocido como el Bosco o Jerónimo Bosch (Bolduque, h. 1450 - agosto de 1516) fue un pintor neerlandés. Protagonista de sus cuadros es la Humanidad que incurre en el pecado y es condenada al infierno. La única vía que parece sugerir el artista para redimirse se encuentra en las tablas con vidas de santos que, dedicados a la meditación, deben ser modelo de imitación, aunque estén rodeados por el Mal. Ejemplo de ello son las tablas con la Pasión de Cristo a través de la meditación sobre las penas sufridas por Cristo, para rescatar del pecado universal al género humano. Su estilo cambia en los últimos años de su actividad, pintando cuadros con un menor número de figuras, pero de mayor tamaño, que parecen sobresalir del cuadro y acercarse al observador. El Bosco no fechó ninguno de sus cuadros y sólo firmó algunos. El rey Felipe II de España compró muchas de sus obras después de la muerte del pintor. Como resultado, el Museo del Prado de Madrid posee hoy en día varias de sus obras más famosas. Pese a ser casi coetáneo de Van Eyck, sus figuraciones y técnicas son notablemente diferentes. Técnicamente pintaba alla prima, es decir, con la primera pincelada sobre el lienzo y aplicando nuevas capas de pintura sobre otras todavía húmedas. Sin embargo, el análisis de cada una de sus obras demuestra que hacía un concienzudo y detallado proyecto antes de la ejecución; innovó también en la gama de colores, con tonalidades más contrastadas y atrevidas. En cuanto a la figuración, el Bosco se destaca por representar a personajes santos como sujetos comunes y vulnerables (total diferencia en esto con Van Eyck, y en cambio mucha similitud con Matthias Grünewald). Es tan patética la vulnerabilidad de los personajes santos representados que los hace queridos por empatía. Prácticamente todos los personajes que representa tienen algo de caricatura. En sus obras abunda el sarcasmo, lo grotesco y una imaginería onírica. Una de las explicaciones para esto es que el Bosco aún se encuentra imbuido por una cosmovisión medieval repleta de creencias en brujería, la alquimia, la magia, los bestiarios, los tesaurus, las hagiografías... Además, en el 1500 abundaron rumores apocalípticos. Esto influye para que el pintor intente desde sus pinturas dar un mensaje moralista, si bien de un moralismo nada pacato sino, por el contrario, satírico; y si el Bosco, tiene mucho de medieval, por otra parte anticipa el humanismo de la Edad Moderna. Tanto en las pinturas de asunto religioso como en las de tema profano introdujo todo un mundo de seres, tanto normales como monstruosos, presentados en actitudes expresivas. La complejidad de los símbolos que utiliza dificulta a menudo la comprensión cabal de sus obras. Su universo de desbocada imaginación, poblado de figuras fantásticas que parecen surgidas de una pesadilla infernal (La Tentaciones de san Antonio, Tríptico del Juicio Final) anuncia el espíritu de Bruegel; incluso los temas religiosos (La coronación de espinas, Ecce Homo) están deformados por un cruel frenesí de gesticulaciones. Sin embargo, el Bosco es un minucioso observador de la realidad, con gran talento de dibujante, y su irrealismo se emparenta en último término con el espíritu sarcástico de los fabliaux, ridiculizador de los vicios (Extracción de la piedra de la locura, El carro de heno, El jardín de las delicias). En El vendedor ambulante, seguramente uno de sus últimos trabajos, parece que quiso representar el tema del libre albedrío, así como el de la soledad del hombre. En sus dibujos se da la misma vivacidad de anotación que muestran sus pinturas y dejan traslucir aún más su agudo sentido de la observación de la naturaleza. Su fantasía burlesca sedujo a muchos aficionados, sobre todo en España, donde fue objeto de gran aprecio. Felipe de Guevara y el padre Sigüenza escribieron los primeros comentarios críticos que se conocen sobre el Bosco, y Felipe II reunió un crecido número de obras de este pintor, lo que explica la relativa abundancia actual de pinturas de este maestro en España. Ha influido en pintores casi contemporáneos suyos, tales como Pieter Brueghel el Viejo y Pieter Huys. Es notorio su influjo enexpresionistas como James Ensor, o surrealistas como Max Ernst y Dalí.
Pintura flamenca o escuela flamenca de pintura son los nombres que la historiografía del arte da al conjunto de pintores flamencos, los maestros que se formaron y mantuvieron sus talleres en las ciudades flamencas en los siglos XV, XVI y XVII, lo que cubre los estilos artísticos del Gótico final, el Renacimiento, el Manierismo y el Barroco. «Escuela flamenca» es un nombre genérico, al estilo de las escuelas italianas (escuela florentina, escuela sienesa, etc.) o de la más reciente Escuela de Barbizon francesa. Flandes es un ambiguo término territorial cuyo uso historiográfico no coincide con la actual Región Flamenca ni con el antiguo Condado de Flandes, sino con la zona septentrional del Estado Borgoñón que a partir de finales del siglo XV puede denominarse Países Bajos de los Habsburgo, y que forma en la actualidad la práctica totalidad de los tres estados de Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos. Era una región europea especialmente urbanizada y desarrollada social y económicamente. Sus ciudades (Amberes, Brujas, Gante, Bruselas, Ámsterdam,Delft, Haarlem, Leiden, etc.) fueron la cuna del comercio de arte a partir de los siglos XV y XVI. Los talleres flamencos formaron a los pintores más destacados del Norte de Europa, atrayendo a muchas jóvenes promesas de la pintura de países vecinos, especialmente de las ciudades del Rin. Los maestros flamencos y sus obras eran altamente valorados, comprándose y demandándose su presencia como pintores de corte en toda Europa, lo que extendió su influencia.