Todos nuestros cuadros son reproducciones digitales de auténticas obras de arte. Las imprimimos sobre los mejores lienzos de algodón 100% del mercado y utilizando la última tecnología de impresión para un acabado impecable. Comprueba las calidades y acabados de nuestros cuadros y te darás cuenta de la auténtica diferencia respecto a nuestros competidores.
Sólo utilizamos telas 100% algodón, de los mejores fabricantes, con una densidad de 360gr/m2, para garantizar una imagen lo más real posible a la obra original. Son los mismos lienzos utilizados por los pintores y museos para las reproducciones de sus obras.
La textura del lienzo resalta la obra de arte y se consigue lo más cercano al aspecto de una pintura original.
Imprimimos las obras de arte utilizando la técnica de impresión por Giclée, la mas más avanzada actualmente, lo que permite una resolución, nitidez y colorido insuperables. Utilizamos impresoras gran formato con la más moderna tecnología y tintas ecológicas.
Montamos todos nuestros cuadros sobre un bastidor de madera de abeto alistonado de 3 x 3 cm / 3 x 4.5 cm. Esta madera es ideal para la fabricación de bastidores ya que al ser alistonada refuerza el bastidor y evita deformaciones del mismo debido a la tensión del lienzo.
Todos nuestros bastidores son fabricados artesanalmente a mano, uno a uno, a la medida deseada por el cliente. Van reforzados por tensores en las esquinas cortadas en inglete y, junto a su grapado en V y sus barras tensoras para medidas de más de 1 metro, garantizan un bastidor de madera duradero.
El consejo de Abram a Sarai
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El consejo de Abram a Sarai
Academicismo
James Jacques-Joseph Tissot (15 de octubre de 1836 – 8 de agosto de 1902) fue un pintor y grabador francés del siglo XIX. Tissot nació en Nantes, estudió en la École des Beaux-Arts de París, bajo maestros de la talla de Ingres, Flandrin y Lamothe y expuso por primera vez en el Salón de París a la edad de veintitrés años. En 1861 mostró su Reunión de Fausto y Margarita, que fue adquirido por el Estado para la galería de Luxemburgo. Su primer periodo estuvo caracterizado por la pintura de mujeres encantadoras. Semi-mundano sería más preciso como una descripción de la serie de estudios que él denominó La Femme a Paris. Luchó en la guerra franco-prusiana y sospechoso de ser un Comunero, salió de París y se instaló en Londres. Allí estudió grabado con Sir Seymour Haden, dibujó caricaturas para la revista Vanity Fair y pintó tanto retratos como temas del género. Los méritos de las ilustraciones bíblicas de Tissot se centran más en el cuidado con que estudia los detalles de los paisajes que en cualquier otra cualidad de emoción religiosa. Su objetivo sobre todo era la precisión, y en sus figuras un realismo vivo que estaba muy lejos del tratamiento convencional de los temas sagrados.
Art pompier (lit.francés: «Arte bombero») es una denominación peyorativa para referirse al academicismo francés de la segunda mitad del Siglo XIX, bajo la influencia de la Academia de Bellas Artes. La expresión refiere todavía hoy al arte académico oficial, adicto al poder, que aunque utiliza técnicas magistrales resulta a menudo falso y vacío de contenidos. El origen del apelativo es incierto: podría derivar de los yelmos de las figuras clásicas, similares al casco de un bombero, o simplemente al carácter pomposo y retórico de muchas representaciones de la época. La corriente artística del Neoclasicismo, inserta en el Siglo XVIII y prolongada a la primera mitad del XIX tenía en el rigor racional el primer requisito para prestarse a la enseñanza en las academias, y sugería, en su mismo contenido, el camino de la imitación, no ya de la naturaleza visible o la realidad social, sino del producto artístico y de la historia del mito de aquel lejano pasado, griego y romano, que se señalaba como modelo de armonía y belleza. En Francia, el sugestivo ejemplo del arte de David -por otro lado personalmente opuesto a cualquier academia- y luego el de Ingres generará consenso y motivará a imitadores. La Academia real de pintura y escultura se había creado en Francia en 1648, con el objetivo de garantizar a los artistas una norma de calidad, dotándolos de un estilo pleno de simplicidad aunque también de grandiosidad, de armonía y de pureza.